jueves, 17 de septiembre de 2015

Típica historia argentina

En 1954, contando con 17 años de edad, Ng Ping-Yip, nacido en Taishan, provincia de Guangdong, y criado en Hong Kong, embarcó en el Boissevan con rumbo a Sudamérica, transportando el material genético que constituiría a Gustavo Emilio Ng en 1962.
En 2015, 61 años después, Gustavo Emilio Ng intenta cerrar el ciclo regresando a Taishan.

Una típica historia argentina.
Miles han escrito este mismo relato cambiando China por Italia, España, Líbano, Galicia, Armenia, Polonia, Japón, Alemania, Portugal o Francia.









sábado, 12 de septiembre de 2015

Patos mandarines



Éramos Jenny y Jackie, Polo, Ignacio, Anita, Vivi, Alejo, Solange, Juan y yo.
La mitad chinos, la otra mitad argentinos. Y yo, que soy mitad y mitad.
Todos hablaban chino.
Excepto yo.
Bueno, sé contar hasta 100 si no me apuran. Y sé decir son las ocho en punto. Y sé decir tren: huo guo. Fuego y máquina, me parece.
Huo es fuego, estoy seguro.
Todos estábamos allí para comer huo guo, fuego y olla. Nombre elemental si los hay. Y el plato es ciertamente elemental: una sopa a la que se le van arrojando todo tipo de ingredientes para luego ir pescándolos cocinados. Sopa, fondue, huoguó.
Que, no por elemental es menos fértil en posibilidades de sabores, combinaciones y sofisticación.
El caldo, según me contó la dueña rozagante, vivaz y rellenita, con los cachetes encendidos, parecida en total al huoguó, lo preparan durante un día entero.
Le fuimos echando nabo, vaca, cordero, lechuga, masa, kanikama, lechuga, papa. Lo que pescamos lo poníamos en el bol de cada uno, adonde habíamos puesto salsa de maní, de ajo o picante.
La olla estaba dividida, una parte sin picante y la otra picante. A esa olla le llaman patos mandarines, porque los patos mandarines siempre andan en pareja y la hembra es de un color y el macho de otro.
Uno de los argentinos tiene nivel HSK 5. Cuando lo contó los demás le hicieron reverencias. Hace 7 años que estudia.
Solange y Vivi acaban de llegar de China, donde estuvieron un año. Ya habían estado antes. Son fans de China. Tienen un emprendimiento "Extraño tanto a China". Es el nombre de empresa más honesto que conozco. Es como si hubiesen montado la empresa para poder decirle eso a todo el mundo. Hacen bolsos y artículos que llevan la frase "Extraño tanto a China". La gente los compra y lleva por todas partes la confesión.
Ana Belén fue desapercibida alma mater de la cena. Nunca ha averiguado qué tiene el Extremo Oriente que la atrae como el fuego a las grullas. Aprende el idioma chino, ganó un concurso por el que viajó a Beijing, trabaja para una empresa china, la mitad de sus amigos de facebook son chinos.
Jacky es de Wuhan y Jenny de Urumqi. Una estudia marketing, la otra trabaja en una organización dedicada a la promoción de la cultura china. Ambas vinieron a estudiar español.
Alejo me recomienda un traductor inglés-chino y las chicas me agarran el celular con esa confianza deliciosa que conozco de los chinos, que hacen sentir que la propiedad privada es siempre propiedad familiar, y me bajan otro diccionario más.
A Jenny le pido que me traduzca un pequeño discurso con el que pretendo presentarme en mi viaje a China.
Viajaré en cinco días.
Jenny traduce con asombrosa facilidad y rapidez. Una vez vino a nuestro programa de radio, De Acá a la China. Hace unas semanas la contacté para ofrecerle llevarle una carta a sus padres en Urumqi y me dijo que sus padres me esperarán allá.
Lo anunció con una naturalidad y una soltura que no estaba a la altura de mi alegría. La hubiera abrazado y tirado para arriba.
Y lo mismo hubiera hecho con Polo cuando me dijo que su papá me recibiría en Lanzhou. También me lo comunicó como si no tuviera mayor importancia, y mi corazón me golpeaba el pecho desde adentro.
Polo es fotógrafo de la revista Horizonte Chino, una de las tres revistas que edita para sí la colectividad china en Argentina.
Una tarde Polo vino a casa y me explicó cómo era Lanzhou y vimos su casa en Google Earth.
Juan es el tercero de esa mesa que consiguió emocionarme al invitarme abiertamente a su pueblo, Guilin. Tenemos el mismo apellido, nos decimos mutuamente Primo.
Nunca puede llegar a ningún lugar sin perderse. A veces se pierde mucho. Pero al final llega. Siempre llega. Y llega corriendo, pidiendo disculpas, quejándose de sí mismo y riéndose.
No hay modo de no querer a mi primo.
Dice que nació un día domingo y que se llama Juan, y como vino a vivir a la Argentina, ¿qué nombre puede ponerse sino Juan Domingo? Luego agrega “Yo nací peronista”.
No podemos parar de reír.
Estamos encantados de estar juntos. De la serenidad de Polo, de la amabilidad y belleza que irradian Jenny y Jackie, de la pasión de los argentinos por China y del disparate andante que es Juan, Juan Domingo, el peronista.
Todos comimos de la misma olla.
A veces se habló en chino, a veces en español.
Hice muchas preguntas para que me guiaran en mi viaje. Recibí muchas respuestas buenísimas: que en el tren duerma en la litera de arriba, que duerma en la de abajo, que no regale paraguas, que lleve dulce de leche, que vaya a Yangshuo, que compre todo lo que necesito allá.
Juan Domingo me acompaña caminando hasta mi casa, como si estuviéramos en Guilin. En el camino nos reímos y nos contamos muchas cosas.
Quiero convencerlo de que me deje hacerle una prueba para un programa de TV de cocina china.
Al final, además de primos, somos más amigos.


 



viernes, 28 de agosto de 2015

Usted interpreteló como quiera


Combinados el signo chino de electricidad (, diàn) y sombra (, yǐng), significan cine.

¿Sombra eléctrica?
¿La sombra de la electricidad?
La relación entre la electricidad y la sombra que da como resultado cine, adelante, supóngala, infiérala, invéntela.

Y fíjese esta otra conjunción:

Flotar (, piāo) y brillar (, liàng), da linda, aunque sólo cuando se califica a una mujer o a un paisaje.

Ensaye sus disparatadas asociaciones.

Tal vez acierte con una. O acaso con todas.

Es por este tipo de cosas por las que creo que seguiré estudiando el idioma chino.



                      

Escalones hacia el largo viaje a Urumqi


Época no asimilable a la cronología de hoy: La tierra y el cielo estaban mezclados en un huevo primordial, dentro del cual Pan Gu cobró vida y permaneció 18.000 años dentro hasta que el huevo se rompió. Entonces las partes Yang subieron y formaron el cielo y lo Yin se hundió y formó la tierra, y  Pan Gu se puso de pie para evitar que las dos partes volvieran a unirse y cuanto más crecía más se iban separando. Al cabo de otros 18.000 años se solidificaron cielo y tierra y Pan Gu se tendió para descansar. Cuando Pan Gu estaba a punto de morir, su aliento se transformó en el viento y las nubes, la voz en los truenos, el ojo izquierdo en el sol y el derecho en la luna, sus 4 extremidades y sus 5 miembros en los cuatro puntos cardinales y las cinco cumbres, su sangre en los ríos Azul y Amarillo. Tendones y venas en vías de comunicación principales, músculos y carne en campos de sembrado, su cabello y pelos en astros y planetas, su piel y su vello en campos y bosques, sus dientes y huesos en piedras y minerales, su esperma y su medula en perlas y jades, su transpiración en lluvia y pantanos y finalmente, los ácaros de su cuerpo se convirtieron, en contacto con el viento, en los hombres.

1.700.000 Antes del Presente: Mis antepasados vaya a saber qué inventaban en Yuanmou. Pero estaban ahí.

1936. Nace Ng Ping-Yip en Taishan, provincia de Guangdong.. A los tres años de edad es llevado a Hong Kong.

1954.  Ng Ping-Yip viaja a trabajar en la Argentina. Tres meses en barco, como un viaje interplanetario. Ve miles de peces volando sobre la superficie del mar.

1962. Nazco de Ng Ping-Yip y Celia María Lorenzo.

1972. Conozco a la familia de mi padre cuando nuestra familia se muda a Nueva York.

1999. No he visto a mi padre por 15 años. Encuentro a su paisano Lo Yuao. Con Camilo Sánchez intentamos estudiar con él el Tao Te King y la caligrafía china.

2001. Finalmente puedo ver a mi padre en Nueva York —pero inmediatamente el camino vuelve a cerrarse.

2011. Lanzamos con Camilo y Néstor Restivo la revista Dang Dai, de intercambio cultural entre Argentina y China. En el proyecto yo estaba poniendo afuera la composición mestiza que llevo adentro.

2013. Viajo a Nueva York, invitado por Aerolíneas Argentinas.
Obtener la visa fue dificilísimo. No sólo fue la visa en sí, sino todos los casi 30 años en que el Consulado de Estados Unidos me la negó. Con la ayuda de muchos amigos, especialmente de Victoria, la consigo y puedo viajar, y pasar la Navidad con mi padre, su mujer, el hijo de ambos, mi medio hermano Jason, y la gran familia de la mujer de mi padre.

2014. Al año siguiente puedo viajar nuevamente, trabajando para Royal Caribbean. Vuelvo a quedarme con la nueva familia de mi papá. Esta vez paso allí mi cumpleaños. El acercamiento con mi padre ya está ganando una rutina.

2014. Un bajón anímico me empuja a abandonar Argentina. Mi reacción es dirigirme al Lejano Oriente.

2015. Mi amigo y socio Néstor consigue un canje con Turkish Airlines para que yo tenga el pasaje y pueda viajar.

2015. Dos meses antes del viaje el edificio donde vivo se queda sin gas. Tengo que acostumbrarme a cierta precariedad y a bañarme en cualquier lugar, lo que es un anticipo de lo que viviré en China.

2015. Un mes antes cierro una relación. Quedo solo.

2015. Me someto a hacer de modelo para una producción de fotos de personajes míticos de China, para lo cual debo afeitarme la barba y ser maquillado hasta parecerme a un chino que vivió hace 4.000 años.





Lo inútil que resulta pretender hacer de un Universo, algo sólo útil

Mi primer embate para aprender chino me encontró en esta posición: una parte de mí me preguntaba ante cada dificultad (y todo parecía ser una gran dificultad): ¿para qué estoy haciendo esto? ¿Para qué tengo que aprender este idioma endiablado?

Si se quiere aprender chino, no hay razón que mejor garantice el fracaso que la pragmática.

El idioma chino es algo demasiado profundo, y un universo en sí mismo. Si se lo quiere reducir a una mera herramienta se condena uno a aprender mal algunas frases y palabras sueltas que sólo servirán para que se desempeñe inseguro y ofuscado porque no puede expresar nada de lo que quiere expresar.

Eso, en el mejor de los casos. En la mayoría, el sentido de que el empeño por aprender chino es inútil se hace cada vez más y más pesado, hasta que ya no lo soportamos y abandonamos.


Quizás entonces aparezca una nueva oportunidad de aprender el chino, que sólo tendrá éxito si la motivación es otra.

jueves, 27 de agosto de 2015

Con mis amigos nos animamos a meternos donde están los fantasmas

En unos días emprenderé mi primer viaje a China.
Me ha tocado viajar mucho a lo largo de mi vida, pero este es un viaje especial.
En principio, en un sentido es un regreso, ya que en 1954 mi padre trajo desde allá la mitad de mis genes. Voy, así, a encontrarme con los ancestrales fantasmas de mi genealogía.
Ese es uno de los motivos del viaje. También es un viaje del presente y hacia adelante, porque con mi socio Néstor Restivo estamos felizmente dejando el cuero en el empeño por mantener en el aire y seguir remontando el proyecto Dang Dai, de comunicación entre Argentina y China.
Es un proyecto que se propone para el resto de nuestras vidas, y está a la mano de la próxima generación. Y requiere que conozcamos bien China.
Este viaje será de reconocimiento extremo. Exploración radical. 47 días en tren, desde Hong Kong a Urumqi y al fin a Beijing. Pasando por Shenzhen, Taishan, Guangzhou, Guilin, Wuhan, Chongqin, Chengdu, Lanzhou, Xi’An, Shanghai y ciudades intermedias.
Sin idioma y casi sin dinero.
Nos pondremos a prueba, China y yo. Y los medios electrónicos. Y mis fantasmas centenarios.
Y también los amigos que me quieren bien y me están dando una mano enorme.
A todos ellos, muchas gracias. Saben que no puedo viajar sin escribir y sin fotografíar y me complacerá mucho compartir esos registros con ellos.

jueves, 20 de agosto de 2015

Oportunidad de mejora en el aprendizaje del idioma - Pedido de beatificación para Alejo


UNO. La neurolingüistica ha demostrado que a los 4,3 años de edad el humano tiene la mayor capacidad de adquirir palabras nuevas. Nunca más podrá adquirir tantas.
Un niño de 4,3 años —siempre hablando en promedio— puede adquirir 6,7 palabras nuevas cada día.

Me viene esta observación en momentos en que intento aprender el idioma chino.
Me viene para construir la siguiente tabla:


  • En un día, un niño promedio de 4,3 años adquiere 6,7 palabras nuevas —yo adquiero 0 palabras en chino, o sea, nuevas.
  • En dos días, un niño promedio de 4,3 años adquiere 13,4 palabras nuevas —yo adquiero 0 palabras en chino.
  • En tres días, un niño promedio de 4,3 años adquiere 20,1 palabras nuevas —yo adquiero 0 palabras en chino.
(…)

  • En cinco días, un niño promedio de 4,3 años adquiere 33,5 palabras nuevas —yo adquiero 1 palabra en chino.
Festejo —aunque no sin un temor bastante fundado en que la olvidaré apenas deje de repetirla.

DOS. Aprovechando que al fin tenemos Papa argentino, y no sabemos cuándo se va a repetir, seguro que no en el término de mi vida, le mandaré una carta rogándole la beatificación de un tal Alejo Beckinstein, quien padece el martirio de ser mi profesor de chino.

Sólo su estado de avanzada santidad le impide no sólo matarme, sino retorcerme el cogote gritándome que no soporta más tener un alumno viejo, que 1) ya está sordo (lo de los tonos: ¡JÄ!), 2) ha perdido toda paciencia y tolerancia, y 3) aprende 1 palabra nueva cada 5 días, cuando logra superar los factores 1 y 2.